El adiós de un gregario de leyenda
25 Octubre 2011

Chente García Acosta pone fin a 17 años de trayectoria profesional después de su desgraciada caída en la Vuelta a España convirtiendo su figura en un símbolo de los valores de sacrificio y compañerismo que encarna el ciclismo De manera discreta, sin ambición del protagonismo, como siempre ha querido llevar su brillante carrera deportiva durante casi dos décadas, Chente García Acosta se ha despedido en la tarde de hoy en Pamplona. Con la presencia de numerosos medios de comunicación en las instalaciones del Hotel Castillo de Gorráiz, el ciclista navarro ha querido decir adiós a los aficionados con un emotivo texto en el que ha agradecido el apoyo que le han ofrecido durante su longeva carrera deportiva. Chente, que se tomará ahora unos meses de descanso para decidir su futuro, no ha querido olvidarse de todas las personas que han colaborado desde sus inicios en una aventura que le ha consagrado como uno de los mejores gregarios del pelotón español de los últimos veinte años. Su figura, símbolo siempre de fortaleza y sacrificio a favor de sus líderes, son ya parte de la leyenda de ese ciclismo de equipo que pocos como García Acosta han sabido interpretar desde sus primeros años en el profesionalismo.

Siempre fiel a los distintos colores de la estructura de Eusebio Unzué, a la que se incorporó en 1995, Chente ha desempeñado labores de equipo para los más grandes del ciclismo español de los últimos tres lustros: vivió sus dos primeros años de carrera junto a Miguel Indurain, acompañó a Abraham Olano o Alex Zülle, compartió la alegría de un nuevo triunfo en el Tour para el equipo con Óscar Pereiro y llevó a Alejandro Valverde a la gloria en la Vuelta a España, que disputó en quince ocasiones de las cuales -su caída en 2011, en el descenso del Alto de Valdepeñas de Jaén durante la primera semana de carrera, acabó suponiendo el final de la carrera del navarro- completó 14, tercero en el ránking histórico sólo por detrás de Íñigo Cuesta y Federico Echave. Fue la Vuelta a España -triunfos de etapa en 1997 y 2002- la que le reportó, junto al Tour de Francia -doce apariciones y una inolvidable victoria parcial en Draguignan, en 2000-, sus éxitos más importantes en una trayectoria profesional -nada menos que 27 grandes vueltas- que quedará en la leyenda del ciclismo español e internacional.

 

Comunicado íntegro de Chente García Acosta

Buenas tardes y muchas gracias a todos por venir.

Os he reunido aquí para comunicaros que, después de 17 temporadas como ciclista profesional, ha llegado el momento de poner el punto y final a mi carrera deportiva. Esta decisión ya la tenía tomada hace unos meses y me hubiese gustado hacerla pública durante la pasada Vuelta a España y encima de la bicicleta. Pero una caída que no entraba en mis planes hizo que prefiriera esperar a estar recuperado del accidente para aclarar definitivamente mi futuro.

Decidido a dar este paso, en este momento no me queda mas que agradecer a todos los que me han apoyado durante estos años: familia, amigos, compañeros, seguidores… La lista sería muy larga y seguro que me dejaría a alguno, o sea que prefiero que todos los que han estado alguna vez cerca de mí sientan para sí este reconocimiento. También quiero agradecer al equipo, mi equipo, en el que he estado toda mi carrera deportiva. Han ido cambiando los patrocinadores, pero siempre me he sentido dentro de la misma familia. Así que gracias a todos los directores, compañeros y auxiliares que han compartido conmigo tantos momentos dentro y fuera de las carreteras durante este tiempo.

Me marcho apenas con un puñado de triunfos en mi palmarés, pero yo siento que son muchos más. Los de Miguel, los de Abraham, los de Alex, los de Chava, los de Óscar, los de Alejandro… He trabajado mucho para mis líderes, pero a cambio he recibido mucho más. Su reconocimiento y, sobre todo, el cariño inmenso de una afición a la que siempre he sentido muy cerca. Mi gran recompensa a tantos años de sacrificio ha sido vuestro permanente apoyo.

Que sigáis amando el ciclismo.

Gracias.

Chente