Lección de coraje ante la adversidad
07 Septiembre 2011

Gran Lastras, excelente Intxausti y colosal Bruseghin, los tres únicos supervivientes de un virus estomacal que echa de la carrera a Pardilla, López y Konovalovas y deja muy tocados a Erviti y Madrazo  Acostumbrados en una desgraciadísima temporada en lo extradeportivo a reaccionar ante todas las adversidades, los ciclistas de Movistar Team han vuelto a dar una lección de superación en la 17ª etapa de la Vuelta a España 2011, con final en el alto de Peña Cabarga, y en la que la escuadra telefónica ha vivido una auténtica pesadilla desde el banderazo de salida. Un virus estomacal, con vómitos y diarreas, ha afectado desde esta mañana a buena parte del equipo –ciclistas y auxiliares-, entre los que Ignatas Konovalovas y David López eran desde primera hora los más afectados y ni siquiera podían ingerir alimento alguno en el desayuno. Ya en carrera y pese a sus intentos, el lituano y el vasco se veían obligados a echar pie a tierra durante la primera mitad de la etapa, algo que desgraciadamente repetía también poco después el jefe de filas de la escuadra, Sergio Pardilla. El manchego, 13º en la general, mentalizado para aprovechar sus dotes de escalador en el último final en alto de la carrera, abandonaba desolado una Vuelta a España en la que se ha consolidado con los mejores en una gran vuelta. Junto a Pardilla se descolgaban a casi 100 kilómetros del final Imanol Erviti y Ángel Madrazo, que con un inmenso sufrimiento lograban terminar la etapa a casi media hora del vencedor, Froome (SKY), que superaba al líder Cobo (GEO).

Los únicos tres componentes de Movistar Team no afectados por el virus –Pablo Lastras, Marzio Bruseghin y Beñat Intxausti- dieron la cara por sus compañeros. Lastras, formando parte de la escapada de veinte unidades que parecía la buena y que encabezó la etapa durante ochenta kilómetros y, más tarde, atacando de nuevo en la bajada del Portillo de Lunada (2ª categoría, a 50 km del final), en la que Bruseghin había roto las hostilidades del grupo de favoritos con un duro ataque que le mantuvo en vanguardia durante toda la ascensión. El italiano no se dio por vencido y a cinco kilómetros de la meta volvió a intentarlo en solitario y sólo pudo ser cazado a dos del final, pese a lo cual todavía tuvo arrestos para ser séptimo en la cima de Peña Cabarga, tres puestos por delante de un recuperado Intxausti, que entraba también en el top-ten parcial. Tras su soberbia etapa, Bruseghin es 16º en la general de una Vuelta en la que Movistar Team se queda, de momento y a la espera de la evolución del virus, con cinco ciclistas en carrera. Pardilla, López y Konovalovas se dirigen en estos momentos al Hospital de Valdecilla para ser sometidos a diferentes analíticas para tratar de desvelar el origen de la intoxicación.
 
Jesús Hoyos (médico): “Hasta que no tengamos las analíticas no sabemos exactamente qué puede ser. Desde esta mañana, varios ciclistas y varios auxiliares sufren una gastroenteritis por una posible intoxicación alimentaria. Hay algunos que estaban ya mal desde la mañana y otros como Madrazo que se han encontrado peor ya durante la etapa, aunque en virus de este tipo los periodos de incubación suelen variar y no tiene por qué afectar a todos. Los síntomas son similares: vómitos, diarreas, cefaleas intensas… Vamos a realizar esta misma tarde unas analíticas para intentar saber algo más”.

Eusebio Unzué (mánager general): “Parece que ya nos hemos acostumbrado a que las desgracias sean un elemento motivador para el equipo, pero estoy muy orgulloso del comportamiento que han tenido hoy los chavales por la capacidad de sobreponerse a una situación tan dura como es la de ver abandonar a casi medio equipo. Los tres que se han librado  de la gastroenteritis han tenido un comportamiento excepcional y no menos Erviti y Madrazo, que en esas condiciones han sido capaces de terminar. Va a ser difícil pero a ver si podemos recuperarles para mañana. Es un infortunio más en un año tan complicado”.