Un café con… Imanol, Iván y Pablo
14 Febrero 2014

Vídeo

La filosofía y carácter de Movistar Team, resumidos en las palabras de sus tres capitanes, Gutiérrez, Erviti y Lastras, alrededor de una mesa en los inicios de la campaña 2014

Con las primeras carreras todavía a unas semanas de distancia, durante la segunda concentración de Movistar Team, los tres ciclistas que más han vivido el espíritu de la escuadra telefónica -dos veteranos como Lastras (20 años en el equipo) y Gutiérrez (14 campañas) y un hombre ‘de la casa’ como Erviti (10 temporadas)- se confiaron mutuamente en el vídeo adjunto sus pensamientos sobre el pasado, presente y porvenir de la estructura más longeva en activo del pelotón internacional.

«Tenemos suerte, tal y como está la cosa, de poder estar a nuestra edad en el mejor equipo«, subraya Iván, al que su gran amistad con Imanol y Pablo fortalece en carrera: «Nos complementamos, nos ayudamos, nos hacemos fuertes; te da una seguridad brutal, y cuando trabajas bien, disfrutas como un enanoPablo es muy psicólogo con los demás, Imanol ve las cosas con mucha claridad y rapidez y yo, aunque soy más precipitado e impulsivo, a veces contagio a los demás para conseguir un objetivo«.

Para Lastras, «el ambiente familiar que aún queda en este equipo es un legado tremendo. En los demás equipos se les ha olvidado; muchos son como empresas, no tienen identidad ninguna«. Como apostilla Gutiérrez, «tenemos la capacidad de que la gente que llega aquí se integre«, una cuestión de tradición, según Erviti: «Soy de la zona de Irurzun, el pueblo donde surgió el primer equipo y mucha gente de mi familia trabajaba en la fábrica de Reynolds. El equipo estaba muy integrado en la zona y desde pequeño tenías gorras, algún maillot… Al final es como una familia: cuando llegó Banesto, se magnificó, pero el equipo siempre ha seguido siendo cercano«. 

 

«Eusebio es único»

 Entrar en Movistar Team –«Un equipo que infunde respeto en el pelotón cuando rueda al frente«- es un privilegio para todos ellos, pero tal y como señala Erviti, y muy especialmente con los más jóvenes, se trata de «un proceso largo, con disgustos, con más sufrimiento que gloria, lento. Necesitas paciencia para lograr tu evolución«. En ese sentido, «Eusebio (Unzué) te da calma, tiene la sensibilidad para ver cómo está cada corredor en cada momento«.

Sus compañeros coinciden en alabar la figura de Unzué: «Se fija en cada detalle, incluso en una sesión de fotos para que todo esté correcto; es capaz de transmitir a todo el que llega que sea generoso con su esfuerzo, solidario, justo, que tenga capacidad de implicarse«. Y lo hace tan bien «porque le gusta. Como él mismo dice, es tremendamente optimista. Esa es la clave de su éxito. Cree en un corredor para ser favorito en una carrera incluso más que los propios compañeros«. «Poca gente da más vueltas a los recorridos, a las alineaciones, a la gestación de cada estado de forma«, abunda Erviti.

Ayudan también «directores como Arri o Chente -expresa Gutiérrez-, que han corrido con nosotros, nos conocen súper bien, con los que podemos cambiar opiniones y con quienes sabemos en todo momento lo que tenemos que hacer«. «Aprietan, pero no ahogan«, resume con acierto Lastras: «Por estas y otras muchas razones no veo a Nairo ni Alejandro lejos de aquí; no encajarían«.