Lobato rompe el maleficio
28 Julio 2014

Tour de Wallonie (et. 3)

El andaluz, apoyado por un combativo Movistar Team, se impone con autoridad en la tercera etapa del Tour de Wallonie tras seis segundos puestos en 2014 y sitúa en 25 la cuenta de triunfos de la escuadra telefónica

Tantas veces golpeándose contra el muro que separa a un velocista del necesario triunfo, Juanjo Lobato ha estrenado con una contundente victoria su palmarés con los colores de Movistar Team en la tercera etapa del Tour de Wallonie, una jornada de 174 km entre Somme-Leuze y Neufchâteau endurecida con siete cotas puntuables y, sobre todo, con frío y lluvia que sólo los hombres más resistentes pudieron combatir.

La escuadra telefónica fue una de las más activas en su empeño por romper el poderío de los principales conjuntos con velocistas. Los ataques de Amador -por partida doble-, Ventoso, Sanz y Lastras, así como el trabajo de vigilancia de Sütterlin y Gutiérrez, cubrieron a Lobato en la segunda mitad de carrera, donde los intentos se sucedieron sin fin. Tras ser alcanzado el checo Stybar (OPQ) en el último kilómetro, un bandazo parecía romper la colocación del andaluz, pero Juanjo se rehizo con habilidad y su potente arrancada en la ligera rampa final dejó de rueda a todos los rivales, incluido el líder Meersman (OPQ, 2º).

El éxito de Lobato, su 7º como profesional y el 25º de Movistar Team en la presente temporada, le sitúa como décimo ciclista de la escuadra telefónica -tras los hermanos Quintana, los Izagirre, Valverde, Dowsett, Rojas, Malori y Jesús Herrada- en alzar los brazos en 2014. El andaluz es 2º en la general, a 11″ de Meersman, antes de las dos jornadas más exigentes y que deberán decidir la general, comenzando por los 175 km -con nada menos que once ascensiones- entre Herve y Waremme. 


DECLARACIONES | Juanjo Lobato:
«Ha sido un final increíble. Puede que por la ventaja haya parecido fácil, pero realmente venía muerto, y si llega a entrar alguna rueda por delante en ese sprint, seguramente no podría haberlo conseguido. Ha sido muy bonito: veníamos en la última bajada a más de 70 por hora, con continuos ataques, pero gracias a mis compañeros he podido entrar bien colocado y hacer mi sprint. Llevaba ya un año bastante bueno, con seis segundos puestos, pero ya desde Austria me estoy encontrando especialmente bien y venía a Valonia con ganas y fuerzas. Ahora por fin ha llegado la victoria y estoy contentísimo. Las dos etapas que quedan son mucho más complicadas para mí e iremos poco a poco, viendo en carrera cómo las afrontamos».